Tipo de viaje: en familia, amigos. 
Duración: 1 día.

Ancón es como sus pescadores, humilde, buena onda, curtido por el sol y con arrugas talladas por el paso del tiempo. En su malecón con perfume a mar es donde se entremezclan todos los peruanos; cholos, gringos, chinos, costeños, serranos, pobres, ricos y mas ricos. Eso lo hace único. Es un pueblito que te recibe con los brazos abiertos y que no te pide nada a cambio. Que emocionante es llegar a Ancón y ver la bahía salpicada de barquitos. El suave retumbar de sus tímidas olas hace que se vaya todo el estrés de la semana y que nos sintamos presentes, en casa. Ancón sigue siendo, a pesar de su melancólica decadencia, un balneario hermoso. Punto.

IMG_8879
El clásico malecón de Ancón

Los lugares no serían lo que son si no fuera por las personas que los habitan. Los anconeros son gente orgullosa de su balneario. Todos, los de fin de semana y los que han nacido y vivido ahí toda su vida. Estos personajes históricos, nos entregan cada verano no solo dulzura en forma de alfajores y caramelos, sino también la alegría de sus mejores sonrisas.

Está Jobita en su kiosko lleno de dulces frente al edificio Ancón, al igual que Aquilina que está al otro lado del malecón, al lado del Yatch Club. A Pedrito lo encontramos casi siempre caminando entre las playas que flanquean el Casino Nautico. Él tiene, sin lugar a dudas, los mejores barquillos de todo Lima, preparados por él mismo todas las madrugadas, crocantes y deliciosos. Pero el súmmum de la dulzura, probablemente el secreto mejor guardado de la repostería peruana, está en una pequeña pero impecable cocina en la parte trasera del edificio La Sirena donde la Sra. Sara vende sus famosos alfajores y guargüeros D’Sara. No se ha ido a Ancón si no se ha probado uno.

IMG_6695
Guargüreos rellenos de manjar de D’Sara

Además de su gente y el mar, Ancón tiene una excelente colección de obras arquitectónicas; edificios y casas que son referentes del diseño a nivel nacional y mundial. Para verlos todos y disfrutar de un recorrido cultural en el balneario, sugerimos la siguiente ruta.

Yatch Club de Ancón. Es un ícono. Sigue siendo uno de los clubes mas elegantes del balneario y promotor de una gran diversidad de deportes náuticos. Fundado el 01 de marzo de 1950, el edificio que lo alberga, diseñado por el Arq. Hector Velarde,  no pasa de moda.

IMG_6807
Yatch Club de Ancón

Edificio Redondo (Edificio Neptuno). Es el edificio mas hermoso de Lima. Cuando fue construido en 1958, hace ya casi 60 años, era el único edificio en esa zona del malecón, lo cual hacía que resalte mucho mas. Ahora, sin embargo, sigue siendo un paradigma de la arquitectura peruana. Diseñado por el Arq. Alberto Menacho, es para Lima, lo que La Pedrera es para Barcelona. (salvando las enormes distancias 🙂 )

IMG_7038
Edificio Redondo

Casas en el cerro. Subiendo las escaleritas que están al costado del edificio Redondo, si caminamos unos metros en dirección a Playa Hermosa, hay varias casitas a nuestra mano izquierda que nos hacen dudar si estamos en Ancón o en Mallorca.

snapseed-3

Luego damos media vuelta y caminamos en la dirección opuesta para apreciar a nuestra izquierda una de las mejores panorámicas de Ancón. A la mano derecha, la casa Bentín es la que está rodeada de palmeras  y que destaca en lo alto del cerro. Fue construida hace 58 años y remodelada en el 2014 por el Arq. Adrián Noboa.

IMG_6861
Casa Bentin
IMG_6886
Vista Panorámica

Para seguir el recorrido, bajamos nuevamente al malecón por las escaleras que están al costado del edificio Libertador, justo al frente de la casa Bentín.

Edificio Las Olas. Este edificio diseñado por el Arq. Oscar Borasino representa el resurgimiento de Ancón como balneario de moda. Por mas que se acaba de terminar su construcción, no desentona en lo absoluto con el entorno e incluso, con sus características celosías blancas, rinde tributo al histórico edificio redondo. Seguimos paseando por el malecón con sus característicos cerámicos con formas de ondas y pasaremos por una serie de edificios clásicos de Ancón, entre ellos El Doral y el Ancón, uno de los mas antiguos construido hace 60 años, con sus eclécticas ventanas modificados al gusto de cada propietario.

Zona portuguesa. Es como nosotros llamamos a la zona de casas ubicadas atrás del malecón, entre el Casino Nautico y el muelle de pescadores. Esta zona está llena de joyas arquitectónicas construidas a fines del Siglo XIX y que lamentablemente están en un pésimo estado de conservación. ¡Que bueno sería rescatar y poner en valor todas estas casas! Una de ellas, en la esquina de las calles Carrión y Dos de Mayo, es la casa donde pasó el escritor Ricardo Palma sus últimos años de vida.

SubstandardFullSizeRender

IMG_6902

Parque de Ancón. Este parque hace las veces de plaza de armas de Ancón. Aunque un poco descuidado, tiene su encanto. Es divertido pasear y observar toda la oferta culinaria y de entretenimiento, desde yuquitas grasosas, hasta paseos para los mas pequeños en carritos a control remoto (como los que tenían Cirilo y Jorge del Salto en Carrusel).  En la esquina norte entre el parque y el malecón está la famosa cafetería D’onofrio. Hoy ya no tiene ese nombre pero todos los anconeros la conocen como tal. Es un buen lugar para descansar del paseo,  tomar un helado o comerse una salchipapas. Seguimos el recorrido dirigiéndonos a la pequeña pero muy pintoresca  Iglesia de San Pedro, en la parte trasera del parque. De estilo neo barroco, fué construida en 1945 pero está muy bien conservada.

Museo de Ancón. (Abierto todos los días de 9:00 am a 7:00pm) Siguiendo por la parte trasera de la iglesia, se llega al museo de Ancón, una linda construcción que se mimetiza con el desierto. Inaugurado en febrero de 1993, expone restos y objetos prehispánicos como cerámicas, textiles y fardos funerarios encontrados en la zona arqueológica de la necrópolis de Ancón. Estos restos arqueológicos ocupan un vasto territorio y su riqueza es muy poco valorada. ¡Existe evidencia de presencia humana en la región desde hace 10,000 años!  (Para un análisis arqueológico de la importancia de Ancón en la historia del Perú revisar el blog de Juan Carlos García de los Reyes).

SubstandardFullSizeRender (1)
Museo de Ancón

Dependiendo la hora en que hayamos empezado el recorrido, luego de visitar el museo seguramente ya nos estará sonando la tripa, indicándonos que es hora de almorzar. En Ancón, como en todo buen puerto, se come pescado fresco fresquito.

Almuerzo en Renzo´s. Muy cerca al parque, como quien va en dirección al mercado
encontramos al mejor restaurante de Ancón, Renzo’s. El ceviche no tiene pierde y por lo que pudimos ver en las mesas vecinas, los demás platos tampoco.

Muelle de pescadores. Acá es donde llegan a vender sus productos después de una ardua jornada los pescadores artesanales de Ancón. Se puede comprar pescado fresco y si Renzo´s te pareció un poco caro, una muy buena alternativa para el almuerzo está también acá. Recomendamos el puesto El pulpo de la tía Chola, no tiene pierde.

IMG_6987

Paseo en lancha. Luego del almuerzo, cuando el sol del medio día está bajando, lo mejor es seguir con el recorrido arquitectónico desde el mar. Si no tienes la suerte de tener amigos con lancha propia, desde el muelle de pescadores salen constantemente barcos de paseo que por 5 soles te dan una vuelta por la bahía. Desde la lancha puedes ver las modernistas casas incrustadas en la roca obra del Arq. Enrique Seoane, pasar por el Yatch Club y seguir hasta la playa San Francisco, una linda cala rodeada de dunas. Un poco mas allá está el condominio Katz, donde las casas en el acantilado nos hacen pensar por un momento en que estamos en alguna parte de la costa de la Liguria italiana. Además, verás innumerables especies de aves y si tienes suerte, hasta pingüinos y lobos de mar.

IMG_7052
Muelle Kats
IMG_7062
Casas del Arq. Seoane

¡El cuchillazo! Por último, lo mejor de Ancón, el famoso cuchillazo anconero, un chapuzón en las gélidas aguas de la bahía. Es mejor que cualquier terapia, la cura perfecta a la resaca y a cualquier mal del cuerpo y alma. ¡El agua salada lo cura todo!

IMG_8543

 

*Fotos gracias a Espacio Urbano, la mejor guía para viajar en tu ciudad. Gracias también al Arq. Fleischman por contribuir con los datos arquitectónicos y por último, gracias a todos ellos y a Mely por acompañarnos en el recorrido.

PD. No nos conocimos en Ancón, pero casi. Fue ahí donde una de las mitades conoció al mejor amigo de la otra mitad, quien la invitó a su boda, donde finalmente nos cruzamos para no volvernos a separar. Asi que no solo le debemos a Ancón las innumerables juergas, el ski  y el mar, sino los mejores 7 años de nuestra vida!