Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas

Duración: 4 días, 3 noches.
Tipo de viaje: En grupo de amigos. Campamento en las montañas y trekking.
Transporte: Camioneta propia

Nuestra aventura por las vacaciones de fiestas patrias en 28 de Julio empezó un sábado por la mañana. Luego de comprar las provisiones y cargar la camioneta con los implementos de camping, salimos  desde Lima rumbo a Lunahuana, nuestra primera parada. En el kilometro 144 de la Panamericana Sur tomamos el desvío a la carretera Cañete – Yauyos y luego de 3 horas de carretera asfaltada, llegamos a nuestro primer destino.

Río Cañete, Lunahuana

Lunahuana se encuentra en la parte baja del valle del río Cañete. Está a poco menos de 800 m.s.n.m., sin embargo hay sol todo el año, lo cual la convierte en una perfecta opción cercana para escapar del cielo gris de Lima, respirar aire fresco y recargar energías bañándote en el río.

En Lunahuana nos hospedamos en Río Alto Hotel, a 5 minutos del pueblo. Muy bueno en relación calidad-precio; con salida al río, piscina y un restaurante con platos de todo tipo. Si se quiere una opción más campestre, un buen point para acampar es el Camping Puente Colgante, en Jacayita a 10 minutos en carro de Lunahuana. El camping cuenta con baños, salida al río y parrillas (en no tan buen estado). Cuando vamos de fin de semana, acampamos ahí.

En la noche, el plan es ir a la plaza, donde casi siempre hay un grupo de música en vivo y kioscos para disfrutar de distintas variedades de piscos en todas sus facetas: puros, macerados, chilcanos y pisco sours. La uva endémica de Lunahuana es la Uvina, con la que se hace un pisco muy suave y aromático. Antes de irse compren unos paquetitos de tejas a las señoras que venden estos productos con sus canastas en la calle.

Al día siguiente, nos levantamos temprano para continuar rumbo a nuestro destino final: La reserva paisajística Nor Yauyos Cochas y mas específicamente el pueblo de Vilca.

El camino empezó bastante bien, pero conforme subíamos el valle se va cerrando y la ruta se va haciendo más difícil, con mas precipicios y más angosta. En el último tramo, luego del desvío en Tinco giramos a la izquierda (A la derecha se vá a Huancayo) y el camino se convierte en una trocha muy angosta. Solo queda conducir con precaución, disfrutar del paisaje y  tocar el claxon con furia!

Un poco antes de llegar a Huancaya, paramos en la laguna Piquecocha. Es recomendable moverse despacio ya que se empieza a sentir la altura.

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Laguna Piquecocha, Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas.

Luego de 4 horas y media llegamos a Huancaya y aun faltaba una hora más de camino. En la entrada de cada pueblo hay que pagar un ”peaje” de 5 Soles para poder pasar. Tomando en cuenta lo alejados que están estos pueblos y la poca presencia del estado, suena justo que pidan esa ”colaboración”.  Huancaya es un pueblito pequeño donde hay tranquilas cascadas, lagunas de aguas tan transparentes que hasta se pueden ver truchas, cataratas y más. Existen restaurantes, hospedajes y zonas de camping.

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Huancaya.

Si quieren parar a almorzar nuestros amigos que llegaron antes, nos datearon que Silver es el mejor restaurante, con una vista preciosa y hasta paseo en bote por la laguna. Nosotros preferimos continuar hasta nuestro destino final: Vilca.

Finalmente llegamos a Vilca, un pueblito a 3810 msnm, donde viven 50 familias. Al igual que en Huancaya, hay lagunas transparentes, cascadas, islas y puentes coloniales, pero esta vez más virgen y tranquilo. Un lugar donde la mejor música es el sonido del río Cañete, que te acompañará durante toda la estadía.

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Vilca. Vista desde el puente Centenario.

Ahí nos esperaba nuestro team para unirnos a su campamento, en el mejor spot del Vilca. Estábamos  al lado de la cascada más linda, a 20 metros de donde dejamos nuestras camionetas y en un terreno cercado y protegido del viento.

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Nuestro camping

La altura y el soroche se hicieron presente, así que tratamos de movernos lento y descansar un rato para que no nos pase factura después. Con mucha tranquilidad, armamos las carpas y luego para saciar el hambre, algo que nunca falla en los campamentos es el sanguche de pollo sancochado con palta, un poquito de limón, sal, pimienta y listo, no tiene pierde!!!

El comedor

Mientras caía el sol, el clima iba cambiando drásticamente y en ese momento aparecieron los mosquitos dispuestos a darse un festín de sangre calentita. Así que a ponerse mucho repelente o meterse en la carpa, ya que en tan solo media hora pueden devorarte (esto lo corroboramos en carne propia). Luego, tomamos un matecito de coca para recibir la noche y empezamos a aumentar las capas de ropa. Poco a poco, no de golpe ya que si quemas capas, mas adentrada la noche, cuando llegue el frío de verdad, necesitarás de toda la protección posible. Lleva mucha ropa de abrigo porque sí que hace frío.

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El Team

Para la primera noche en altura lo mejor es comer algo ligero, una sopita ramen frente a la fogata es una muy buena opción.

A la mañana siguiente, luego de un buen desayuno con huevos revueltos, cafecito y el mundialmente famoso peanut butter & jelly sandwich (en honor a los campamentos de André con Outdoor Pursuits en Tallahassee), salimos a caminar por Vilca y sus alrededores.

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Laguna Papacocha.

Acá los imperdibles de Vilca:

  • Pueblo de Vilca (caminar por sus callecitas y conversar con la gente)
  • Puente Centenario: puente para cruzar de la “carretera” al pueblo. (La vista desde acá es hermosa)
  • Mirador a la laguna Papacocha (Vale la pena, eso si es muy popular y en fiestas está lleno de gente)
  • Miradores (San Cristóbal y Canta Gallo, la verdad que no recordamos cual es cual, pero entrando por el pueblo hay varios cartelitos que te guían)
  • Bosque del amor (Recomendamos llegar por el camino desde el pueblo que te lleva a un punto mucho mas lindo del bosque)

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MUY IMPORTANTE: No olviden tomar mucha agua, por mas que el clima sea seco y no se sude mucho es muy fácil deshidratarse. Además, hace bien para el soroche.

En el pueblo, ofrecen almuerzos como pachamanca o trucha frita. Nosotros le compramos choclo con queso a Doña Ofelia, una pueblerina muy agradecida con nuestra visita, dispuesta a ayudarnos en todo lo que necesitemos.

Otro amigo que hicimos en Vilca fue Willy, un joven emprendedor que nos consiguió leña para hacer la fogata todas las noches del campamento, incluso la ultima nos acompañó, nos habló sobre sus experiencias y nos contó un poco como se vive en la reserva.

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Con Willy en la fogata.

Willy tiene un hospedaje, restaurante y te puede hacer un tour por Vilca personalizado, quien mejor que una persona local para enseñarte su pueblo.

Pueden encontrarlo en:

Wilmer Gamion Zarate
Facebook: Bosques del Amor Travel
Celular: 964120889
www.bosquesdelamor.com
bosquesdelamor@hotmail.com

La segunda noche en el campamento fue más fácil y pudimos dormir mejor. Ya estábamos más acostumbrados al frío y la altura, y sabíamos que era necesaria la doble media para dormir (báaasico).

A la mañana siguiente nos despertamos, levantamos el campamento y regresamos por el mismo camino que nos llevó hasta ahí. Paramos en El Piloto a almorzar y llegamos a Lima en la noche, donde nos recibía una buena ducha caliente. Una de las cosas mas lindas de acampar es que llegas a apreciar mucho mas las cosas que antes tomabas por descontado, como una cama, una ducha caliente y un edredón de plumas. Acampar es increíble, pero regresar del campamento es aun mejor!

La Ruta: