Mandalay no ha sido muy amable con nosotros. Luego de varios días en la vida rural fue un poco chocante llegar a esta caótica urbe. Aun teniendo la mejor predisposición, ni bien pusimos un pie en la ciudad, esta nos cacheteó con su desorden. Echamos para adelante, no nos dejamos amilanar por el polvo y la falta de veredas, pusimos nuestra mejor cara y tomamos la decisión de disfrutar del viaje. Sin embargo, después de cachetearnos por un lado, poníamos una sonrisa y nos cacheteaba por el otro. Aun así, Mandalay nos regaló varias de las mejores vistas de todo el viaje y definitivamente el mejor atardecer.
Primera cachetada:
El primer día caminamos por una vereda junto con los desagües de la ciudad hasta el barrio de los orfebres. Fue una experiencia interesante, por decirlo de alguna manera, recorrer la ciudad a pie. Las veredas solo están presentes en pocas de las avenidas grandes, por las demás calles, transitan por el pavimento carros, mototaxis, ciclorichshaws, motos y peatones, todos luchando por sobrevivir. No contentos con la caminata del día, en la noche descubrimos que la ciudad no solo no tiene veredas, sino que tampoco tiene alumbrado público. Para regresar al hotel nos vino a salvar Joe, un conductor de ciclorickshaw que hablaba un inglés casi perfecto. Nuestro pata Joe nos ofreció hablar con un amigo taxista, quien la mañana siguiente nos recogería del hotel a las 5:30am para llevarnos a ver el amanecer en un pueblito cercano.
Segunda cachetada:
El amigo invisible de Joe nos dejó plantados. Estábamos despiertos, bañados y cambiados con el desayuno listo en un box lunch a las 5:30am luego de una mala noche y sin plan en Mandalay.
Tercera cachetada:
Salimos a recorrer los principales atractivos de la ciudad a pié. (tercos! si, nos encanta caminar!). El calor era intenso, los lugares están pésimamente señalizados y lo que parecía estar muy cerca, estaba en realidad bastante lejos. Paseamos por el Palacio de Mandalay, Sandamuni Paya, Kuthodaw Paya y el monasterio Shwenandaw Kyaung. Todo muy bonito, pero lo hubiéramos disfrutado más haciendo el recorrido en taxi.




Cuarta cachetada:
En la tarde decidimos ir a ver el sunset en Mandalay Hill. Llegamos en taxi hasta la base de la colina y surgió una de esas discusiones que nunca faltan en un viaje con tu pareja.
Deborita: ”Yo no camino mas!”
André: ”Son solo 1729 escalones, lo hacemos en 15 minutos, dale no seas engreída!”
Deborita: ”Yo no camino mas!”
André: ”Dale, la moto hasta la cima cuesta 2 dólares cada uno. 2 dólares!”
Deborita: ”Yo no camino mas!”


Finalmente, Deborita fue en moto y André subió las 1729 escaleras. Ya en la cima de la colina se buscaron mutuamente y no se encontraron. André se preocupó y pensó que habían raptado a Deborita hasta que finalmente, después de hora y media y una vez que el sol ya se había marchado y los turistas empezaban a abandonar el viewpoint, ¡André y Deborita se reencontraron! Al estilo Hollywood, con abrazos, besos, te quieros y nunca mas voy a dejar que te vayas sola con un motociclista en Mandalay.
Al margen de lo anecdótico, el atardecer desde la cima de Mandalay Hill, con una vista panorámica a toda la ciudad, fue espectacular.

Quinta cachetada:
El último día, en el puente U Bain a las afueras de Mandalay, nos hicimos amigos de un monje budista. Very exotic! Le regalamos una postal de Machu Pichu y no paraba de decir que le encantaba la montaña con el mar atrás (Que mar broder!! invítame un poco de lo que fumas con tu patas the monks!!). Nos llevó a su monasterio, el segundo más grande de todo el país, nos hizo un tour por los salones y finalmente nos metió a su cuarto. Un espacio de 2×2 cerrado con biombos y sin cama. Finalmente, luego de enseñarnos los libros con las enseñanzas de Buda en Pali, nos dijo que quería ir a la Universidad… y nos pidió “donation” pa’ su bolsillo!! wtf !!! Fue bautizado como el Donation Monk. Otro punto menos para la religión.

Este último día si tomamos un taxi para hacer el tour a los pueblitos aledaños; Amarapura, Inwa y Sagaing. Empezamos viendo el amanecer en el U Bain bridge en Amarapura, el puente de teca mas largo del mundo. Esto hizo que valgan la pena todas las cachetadas recibidas en Mandalay. Luego fuimos a visitar el monasterio de Donation Monk. Acá, ademas de la experiencia surrealista con nuestro amigo, llegan los autobuses llenos de turistas a tomar foto a los monjes en la ceremonia donde les reparten la comida para el día; algo muy parecido a un zoológico humano. El lado oscuro del turismo. Después partimos hacia Inwa, una antigua capital de Birmania y terminamos visitando Sagaing hill, una colina llena de templos y monasterios de monjas. Sobredosis de budismo.

A pesar de todo, con buena cara vencimos los malos ratos, comimos en la calle y salimos a buscar lo lindo dentro del caos. El atardecer en Mandalay hill y el amanecer el el U Bain bridge, el puente de teca mas largo del mundo, fueron increíbles! Un choque y fuga rápido pero necesario para conocer la antigua capital de este hermoso país.
Travel Tips
- Mandalay es mucho mas cara que otras ciudades de Myanmar. Además, todos te quieren estafar! Lo mejor es relajarse y pagar el capricho pero estar prevenidos y negociar los precios con antelación.
- El taxi compartido desde el aeropuerto a la ciudad tarda 1 hora y cuesta 4,000 kyat x persona.
- Lo mejor para visitar los atractivos de la ciudad es tomar un taxi por un día y que te lleve a todos los lugares (25,000 kyat x todo el día). Es caro, como todo en Mandalay, pero vale la pena ya que aunque no parezca, las distancias son largas y como mencionamos, la infraestructura urbana es muy mala.
- Se debe comprar un ticket de 10,000 kyat para poder ingresar a la zona arqueológica de Mandalay donde se encuentran los principales puntos turísticos. Lo único que no está incluido es la entrada a la cima de Mandalay Hill que cuesta 1,000 kyat.
- Es altamente recomendable tomarse el trabajo de levantarse temprano y empezar el tour de las afueras de Mandalay viendo el amanecer en el puente U Bain. A esa hora hay muy pocos turistas y los colores en el cielo son espectaculares. Todos los viajeros con los que nos cruzamos nos decían que para la puesta de sol el lugar estaba abarrotado de gente.
- No recomendamos visitar Inwa. Los templos y ruinas no son nada del otro mundo (sobre todo si ya has estado en Bagan). Si igual lo hacen, estén dispuestos a que les saquen plata a cada paso. Para empezar, tienes que cruzar un río en un botecito destartalado y por el recorrido de 30 segundos te sacan el primer dolar por persona. Luego al llegar a la otra orilla te esperan las carretas de caballos para hacer el tour de la ciudad. El precio por carreta es de 10 dólares y recorrer la ciudad a pie es casi imposible ya que las ditancias son muy largas.

Donde Dormir:
