Manejar por la carretera uno al sur de Islandia es una de esas cosas que podríamos hacer por horas de horas sin aburrirnos. La escena es como sigue: al frente esta la carretera, impecable y desolada, a la derecha el océano, inmenso y a la izquierda el glaciar, derritiéndose en forma de cataratas y riachuelos que van a morir al mar. Tuvimos que pellizcarnos varias veces para saber que realmente no estábamos soñando. Pero lo que Islandia tiene de hermoso también lo tiene de impredecible. Luego de visitar el círculo dorado donde el clima había estado de nuestro lado, los cielos cubiertos y la lluvia empezaron a perseguirnos y en el sur de Islandia nos acompañaron durante todo el recorrido. Armados con nuestras casacas impermeables disfrutamos del camino a pesar de las inclemencias del clima, en Islandia no queda de otra.
Skogar
La primera parada obligatoria es este pequeño pueblo cuya principal atracción es Skogafoss, una inmensa y fotogénica catarata. Vale la pena apreciarla de lejos y también subir por las empinadas escaleritas que llevan hasta la parte alta. Desde ahí la vista es impresionantes y la plataforma que está prácticamente sobre la catarata da una perspectiva increíble de la potencia del agua.
Otro de los atractivos de Skogar el es museo del Folk. Este consta de 3 partes, la primera es una gran nave llena de antigüedades y de historia. La segunda recorre las costumbres y tradiciones de Islandia. La parte que a nosotros más nos gustó y que no debe perderse es el jardín exterior donde hay replicas de casas Islandesas típicas. Es un viaje en el tiempo y se sentía como estar visitándolas mientras todavía vivía gente ahí. Los interiores están totalmente amoblados y se siente realmente lo que era la vida rural de la isla. Ahí conocimos a una linda abuelita que parecía haber salido de un cuento de Hans Christian Andersen. Ella nunca se enteró, pero alegró nuestro viaje y nos hizo reír por varios días.
¿Donde dormir?
Skogar camping: este camping está al lado de la catarata y sus vistas a la misma son increíbles. No lo utilizamos para pernoctar ya que sentimos que estaba muy expuesto y tenía poca privacidad. Además carece de instalaciones y servicios comunes más allá de un baño.
Vik
En este pequeño y lluvioso pueblo el principal atractivo son sus playas, sobre todo Reynisfjara, también conocida como black sand beach. ¿Playa en Islandia? ¿a 5 grados? No suena como un buen plan, pero lo es. Esta enorme playa es como ninguna otra que has conocido. No irás a tomar sol ni a meterte un chapuzón pero estarás rodeado de paredes inmensas de columnas basálticas alucinantes.
¿Donde dormir?
Camping de Vik: este camping está ubicado en una colina en las afueras del pueblo. Lo mejor que tiene es el área común para cocinar y comer. A nosotros nos funcionó perfecto ya que estaba lloviendo y pudimos cocinar bajo techo, abrigarnos y conversar con otros viajeros. Tiene lindas vistas y baños decentes aunque un poco descuidados.
Kirkjubaejarklaustur
Este pequeñísimo pueblito de nombre impronunciable más conocido como Klaustur (o ‘’Kloister’’) es un buen lugar para estirar las piernas. Vale la pena visitar Systrafoss, una linda catarata doble en el extremo oeste del pueblo. Hay una banquita para hacer un picnic en la base de la catarata y caminos señalizados para subir hasta la parte de arriba.
Skaftafell
Skaftafell es quizás uno de los parques naturales más accesibles y hermosos que hemos visitado en nuestras vidas. Es el Disneylandia de los amantes del aire libre con atractivos naturales impresionantes al alcance de la mano de cualquiera, incluso de los visitantes discapacitados o con movilidad limitada. Podríamos habernos quedado semanas enteras recorriendo sus miles de senderos. También son muy populares las caminatas sobre el hielo glaciar, debes de reservarlo el día anterior y normalmente están incluidos todos los equipos necesarios. No sabemos si nos dejó mas boquiabiertos la naturaleza o la capacidad de los islandeses para poner en valor esa naturaleza con caminos, señalizaciones e infraestructura que no desentona con el medio ambiente. Llegamos al parque con una lluvia torrencial para ver y tocar sus glaciares. Contra viento y lluvia logramos nuestro objetivo muertos de frío. Luego volvimos al camping a ponernos ropa seca y cocinar. A las 9pm el cielo se despejó y había que aprovechar el buen tiempo, así que volvimos a hacer el trek al glaciar Vatnajokull y luego a la catarata negra Svartifoss. ¡Fue un midnight sun trekking! ¡Increíble es poco!
¿Donde dormir?
Camping del Centro de Visitantes: este fue uno de los mejores campings en los que estuvimos. Se encuentra al lado del centro de visitantes del parque y tiene acceso directo a muchos de los senderos. Cuenta con vistas panorámicas a las montañas circundantes pero lo más importante, tiene los baños y duchas más limpias de Islandia.
Jokursarlon
Esta es otra de las paradas obligatorias en Islandia. La laguna glaciar Jokursarlon está salpicada de icebergs que se deslizan hasta la desembocadura como resignados a una muerte segura en el mar a pocos metros de distancia. Si tienes suerte podrás oír el estruendo de cuando uno de estos gigantes de hielo se derrumba. El río que une la laguna con el mar es el más corto de Islandia, a su lado hay una playa negra muy fotogénica donde también encallan hermosas esculturas de hielo.
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